La biopsia testicular es un procedimiento médico de cirugía superficial que consiste en la extracción de una o varias pequeñas muestras de tejido del testículo para su posterior examen bajo el microscopio. Se trata de un procedimiento habitual cuando existen problemas de fertilidad en el hombre y el equipo médico del Hospital CIMA sospecha que la causa puede estar relacionada con el nivel de producción o la calidad de los espermatozoides, aunque también puede emplearse con otros objetivos.
De este modo, nuestros especialistas en andrología pueden obtener información detallada sobre la capacidad del testículo para producir espermatozoides. En otros casos, es posible recurrir a la biopsia testicular para la obtención de espermatozoides para recuperarlos directamente del tejido para su posterior uso en técnicas de reproducción asistida.
Existen diferentes técnicas para realizar una biopsia testicular, y la elección del método depende de distintos factores que nuestro equipo de especialistas debe valorar en cada caso concreto.
Los objetivos de una biopsia testicular pueden ser diferentes en función del caso particular de cada paciente.
La biopsia testicular es muy útil a la hora de determinar si la azoospermia, como se conoce a la ausencia de espermatozoides en el semen, se debe a un problema de producción en los testículos o a una obstrucción que impide su paso hacia el semen (azoospermia obstructiva).
Para los hombres con una producción limitada de espermatozoides, la biopsia testicular puede permitir la recuperación directa de espermatozoides del tejido testicular para su uso en técnicas de reproducción asistida
Además, la biopsia testicular aporta información valiosa acerca del proceso de formación de los espermatozoides dentro de los testículos que puede ser muy importante para entender la causa de la infertilidad y planificar el tratamiento más adecuado en función de las circunstancias.
Es decir, la biopsia testicular no solo permite determinar el grado y las causas de espermatogénesis, sino que además permite la extracción de espermatozoides con la que poder iniciar un tratamiento con el que conseguir descendencia mediante métodos como la fecundación in vitro.
Eso sí, la decisión de realizar una biopsia testicular debe tomarse tras una evaluación cuidadosa por parte de un especialista en fertilidad, que es quien debe tener en cuenta los beneficios y riesgos del procedimiento en el contexto de la situación específica de cada paciente.
Existen dos clases de biopsia testicular: la abierta y la percutánea. Cada una de ellas tiene sus propias características, por lo que para decidirse por cuál utilizar va en función de las necesidades de cada paciente, algo que debe ser valorado por uno de nuestros especialistas.
La biopsia testicular abierta, conocida como TESE (extracción testicular de espermatozoides), se lleva a cabo a través de una pequeña incisión en el escroto que permite acceder directamente al tejido testicular, de donde posteriormente se extrae una muestra.
Este método es el que más se utiliza cuando se necesita una cantidad importante de tejido, como en casos de azoospermia no obstructiva en los que se realiza buscando espermatozoides con los que iniciar técnicas de reproducción asistida.
La TESE, por tanto, permite a los urólogos realizar un análisis detallado de la espermatogénesis, lo que la hace especialmente útil cuando otros métodos menos agresivos para el organismo no han obtenido resultados positivos a la hora de obtener espermatozoides.
La biopsia testicular percutánea, conocida también como aspiración testicular de espermatozoides (TESA), cambia la incisión escrotal por la inserción de una aguja fina a través de la piel de esta bolsa de piel hasta llegar al tejido testicular, donde es posible aspirar una muestra.
Este método es menos invasivo que la TESE, ofreciendo menos molestias y una recuperación más rápida, lo que hace que se utilice cuando se sospecha que lo que impide llegar a los espermatozoides al semen es una obstrucción en las vías espermáticas.
Esto convierte a la TESA en apropiada para casos en los que se espera encontrar espermatozoides en el tejido testicular sin necesidad de tener que realizar una intervención quirúrgica abierta.
La biopsia testicular, independientemente de si es abierta o percutánea, se realiza bajo anestesia local, dependiendo de la complejidad de cada caso y de las preferencias del paciente. Como ocurre antes de cada cirugía, antes del procedimiento quirúrgico, es necesario llevar a cabo una evaluación completa con el fin de determinar la técnica más adecuada y de preparar al paciente para el procedimiento.
En la TESE, el cirujano realiza una incisión en el escroto con el objetivo de exponer el testículo. A continuación, se extrae una muestra de tejido que se examina de inmediato en el microscopio en busca de espermatozoides.
En caso de encontrarlo, y de ser estos viables para la concepción, pueden congelarse para su uso futuro en tratamientos de reproducción asistida. Por último, la incisión se cierra con suturas que se disuelven transcurrido un tiempo, lo que minimiza las molestias de los puntos.
Durante la TESA, nuestro especialista utiliza una aguja fina, en algunos casos guiada por ultrasonido, para penetrar la piel del escroto y el tejido testicular sin necesidad de realizar incisión alguna. Este método, que permite aspirar muestras de tejido fácilmente, es rápido y causa menos molestias postoperatorias que la biopsia abierta.
Todas las mujeres nacen con óvulos en sus ovarios, pero su cantidad es finita, lo que quiere decir que el número de óvulos va descendiendo hasta que terminan ...