El bypass gástrico o gastroyeyunal es una técnica quirúrgica que consiste en reducir el estómago y realizar un circuito alternativo para disminuir la absorción del contenido alimentario. Es una técnica llamada mixta, con componente restrictivo (reduce el estómago) y mal absortivo (disminuye la absorción del tramo intestinal). Básicamente se establecen dos circuitos uno con los jugos gástricos y otro con el alimento. La digestión de los alimentos se iniciará a partir del tramo donde ambos circuitos se unan.
Se recomienda la intervención en personas con obesidad importante y en aquellos pacientes que sin tener tanto exceso de peso tengan enfermedades importantes que aumenten el riesgo vital.
Básicamente se calcula siguiendo un índice llamado IMC (Índice de masa corporal), esto se obtiene dividiendo el peso del paciente en kg por la altura al cuadrado (multiplicada por sí misma). Por ejemplo, si usted pesa 128 kg y mide 1,58 m, su índice será 128/(1,58x2) tendría un IMC de 40,51,
Según las recomendaciones internacionales, básicamente la cirugía de bypass gástrico se recomienda en pacientes con un IMC por encima de 40 y en pacientes con IMC superior a 35 con enfermedades asociadas relacionadas con la obesidad. Está especialmente recomendado en pacientes con síntomas de reflujo, ardor y hernia de hiato dado ya que los hace desaparecer.
En los pacientes con obesidad y diabetes es una muy buena opción dado que se puede retirar en muchos casos la medicación para la diabetes.
El bypass gástrico es un tipo de cirugía bariátrica dirigido a personas con un problema grave de obesidad. Este tipo de cirugía reduce la capacidad del estómago para que solo se puedan ingerir pocos alimentos y disminuye la cantidad de nutrientes que el estómago puede absorber al eliminar del proceso de digestión parte del estómago y del intestino.
Este procedimiento se lleva a cabo mediante laparoscopia, siempre y cuando lo permitan las condiciones del paciente.
Antes de someterse a una operación de bypass gástrico, el médico ha realizado una serie de pruebas y reconocimientos para conocer el estado de salud del paciente y determinar si es apto para el tipo de intervención. Como esta operación se debe realizar con anestesia general en las pruebas preoperatorias se incluirán las correspondientes para el anestesista.
El paciente unos días antes de la operación comenzará con una dieta especial a base de líquidos dirigidos a limpiar el tracto intestinal más que a comenzar a perder peso.
Este procedimiento es muy seguro y eficaz, pero necesita un tiempo de recuperación de aproximadamente tres días, más el tiempo de reposo. Aunque al llevarse a cabo mediante un laparoscopio la recuperación es mucho más rápida que si fuera una cirugía abierta.
Durante la primera semana se realizará un reposo relativo y una ingesta reducida de alimentos basados principalmente en líquidos. Los especialistas le recomendarán una dieta especializada para las cuatro primeras semanas después de la operación, en cualquier caso, el paciente debe ser consciente que a partir de someterse al tratamiento deberá adquirir unos hábitos saludables tanto de alimentación como de ejercicio para alcanzar el objetivo deseado.
La recuperación suele ser excelente, los protocolos de recuperación rápida hacen que el postoperatorio sea más activo y la reincorporación a las actividades de la vida diaria sea cada día más temprana. El tiempo medio de estancia suele ser de unos 2 días y eso sí, recomendamos no realizar ejercicio físico intenso ni esfuerzos en el primer mes postoperatorio.
Todas las operaciones de reducción de estómago están supeditadas a un plan para adelgazar adjunto, después de la operación que debe seguirse con mucha dedicación para que el proceso de reducción de estómago sea satisfactorio.
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